viernes, 24 de agosto de 2012

EL BARCO DE LOS TRIPULANTES ETERNOS



Sobre un barco de papel,
en una noche de invierno.
Atado a un clavel,
siendo el más tierno.


Iba el capitán de traje azul,
llevando en él su amor.
Como también su pesar,
ambos envueltos en tela tul.
Cada oleada; era el clamor
y en los segundos solo podía pensar.


El viento lo envió a la deriva;
en el su tripulación cobarde,
lloraban, ¡No creo que nadie viva!
Por no sufrir, llegaron a matarse.


Envuelto, el barco de papel, en sangre.
Y un capitán al borde de la locura
tomo el vino, que era vinagre.
Y de un golpe, volvió la cordura.
Liberándolo de la pena y el hambre,
con ello el capitán, libre de ataduras.


Al verse ya rodeado,
comprendió que algo debía salvar;
iba a morir el desgraciado.
Y al más allá no los quería llevar.


Los saco con sumo cuidado,
el Amor y el Pesar del capitán;
estos se tenían que salvar,
un abrazo a cada uno, fue dado.
Y el dolor y la rabia se agitan,
los dejo, pues ya tenía que acabar.


En medio de una tempestad,
al mar bravo los arrojo
y con ello se perdió su libertad
y el barco se hundió, en color rojo.

En el agua el Pesar, aun flotaba.
Pero el amor se ahogaba.
El pesar era mucho, pero infundado
por ello solo flotaba y respiraba,
y duro mucho, con el sol acaba.


Sus restos del mar fueron alejados.

Mientras su amor era pequeño,
pero con mucho por dentro,
no tardo en hundirse, y su sueño.
Pasó al fondo del mar, en el centro;
formando una colonia, fue dueño.
Y rigió el amor con su renacimiento.

viernes, 17 de agosto de 2012

SE LLAMA SOLEDAD



Una tarde de febrero la vi cruzar;
vestida de negro o color gris quizá.
No la conocía entonces, ni quería empezar,
quien diría, es ella ahora quien mi vida iza.


Fría como la cordillera, triste como el final;
así la conocí, a mi lado apareció.
Sentada en mi cabecera, con un puñal,
pensé que se iría pero nunca se desvaneció.


Me acompaña a cenar, jamás a caminar,
la veo en mi sala, también en mi cama.
Tanto así que de ella me empecé a encariñar.
No es real, no la puedo tocar, no es una dama.


Y me dijo: Soy tu soledad, te acompaño,
te veré llorar, sufrir, nuca te he de dejar.
Viviré con tu pena o cada que te causen daño,
confía en mí, soy la única que no se ha de alejar.

jueves, 26 de abril de 2012

MIS PALABRAS.


A veces suenan queriendo decir lo que yo no quiero decir y muchas otras veces callan lo que en realidad quieren decir.
Son mis palabras un juego de la ruleta rusa, disparan y matan cuando menos lo imaginas; es también como el puñal de un brujo budista que lastima con vil cizaña y desangra con horrendo goce y deleite al ver como emana de mis labios la sangre de los malditos.
Son mis palabras las que dañaron y hundieron mi esencia en su intima perspectiva moral y sedujeron a las enormes tentaciones de un hombre tan fuera de sí, como lo soy yo. Un inútil que solo se deja guiar de los labios, de las palabras por mas efímeras y falsas que esas sean, no solo son mis palabras, si no también son las tuyas las que salen de mi boca esta noche.
Son y serán mis palabras: Mi inicio, mi intermedio y mi final.
Son también mis palabras las que esta noche o cualquier otra noche te enamoraran, como en febrero, cuando las aves cantan y andan en libre albedrio, las siluetas de los angeles se vislumbran a simple vista. Te escribo esto con cuatro copas vacías, que andan ya en la garganta y un cigarro a medio fumar.
Esta noche en medio del canto de ciento de golondrinas que emigran a buscar nuevos horizontes, en medio del quejido de la muchedumbre quienes solo viven para lamentarse de sus pesares y no buscar algo nuevo para su vida. Envuelto en el canto de los bohemios, esos que andan por las calles con la mirada perdida, con las manos en los bolsillos huecos, pero lleno de ilusiones y de sueños en grande. Aquí leyendo los millares de poemas escritos por poetas enamorados del universo femenino, de las diosas del Olimpo.
Mis frases más bellas y oscuras, como cuando anochece en un lago apartado de la ciudad, fluyen y se posan en tus oídos. Las que desde hoy sonaran hasta el final de tus días que a partir de hoy son también mis días. Pues vengo con intensiones de arrebatarte los derechos de ellos y volveros a una sociedad donde ambos llevemos el negocio de tus días plenos.
Y entonces pregunto al inmenso vacío, pregunto el porqué de mis frases, el porqué de mi lengua tan hostil y al mismo tiempo pueril. Quien en respuesta emite un silencio gutural, como el sonido que hace la soledad cuando pasa por la cima de la montaña Everest.
Soy el colono de mis libros, el ave libre y dormida en mis letras, soy el manantial de aguardiente con palabras ebrias y soy aquel tonto juego del abecedario.
En mi mundo de cursilería etérea, donde las palabras que salen de mi boca mueven un mundo imaginario; no quiero decir con esto que son mentiras, mas también negar si algo de esto es real; aunque pueda que lo sea, puede que sea real cuando leas un “Te quiero” o un “Te Extraño” depende enteramente de quien seas, o quien intentes ser para mis palabras.
Momento de excitación y profundo frenesí, los murmullos del panteón, la rabia retenida en un grito ahogado, un desahogo con alcohol, una caricia a la distancia o un amor como el que intento darte.
Palabras son, mas palabras daré. Vete a dormir o me iré yo de una vez por todas, no puedo dormir pues mis palabras quieren y pueden huir mientras sueño contigo.
Comprendes esta compleja declaración, entiendes que quiero decirte esta noche, imagino que perplejidad te aqueja esta noche. No uses mucho la inteligencia, déjate llevar por la intuición, intuye que palabras resaltan en mi texto, ve que palabras son sinceras y sabrás lo que en realidad te quiero decir.

sábado, 14 de abril de 2012

SOLO SOY



Soy el vaho de resignación de los dioses,
la sonrisa fingida de una madre,
el dolor ajeno de la mancha prohibida,
la melancolía de saber que soy yo.


Soy el poema que jamás querrás leer,
la aura perdida en el ocaso de mi fracaso,
el disparo que encaja entre tus cejas
y el sonido del silencio de tus noches.


Soy la voz del inmundo silencio,
la cara sin rostro, el llanto de tu hijo.
Soy lo que quieres tu que no sea,
la palabra que detestas pronunciar.


Soy tu primer amor y tu primera decepción,
el nacimiento de la muerte eterna,
la resurrección de los pecados capitales,
el goce de la envidia infinita.


Soy la nostalgia que recuerdas del ayer,
el ayer que nuca borraras de tu mente,
el corazón de los hombres de lata,
el amante de las mujeres viudas.


Soy el licor suave que detestas beber,
la enfermedad que jamás te tocara,
las manos de los leprosos que ayuda piden,
la tos de los flemáticos.


Soy tan solo el abrazo de los abandonados,
la esquizofrenia que te ata en las noches,
la cadena que te tiene de las manos,
el sueño de todos los enfermos.


Soy yo, la mitad de tu vacio.
La llama de tun inmenso invierno,
el dios que nunca te ayudara,
la oración que nunca diste al creador.



Solo soy las hojas de tu historia destruida,
el cigarro que te daña los pulmones,
bañado en alquitrán y cubierto de cenizas,
tus pasos lentos e inútiles.


El tedio de tus días de trabajo,
el pacto triste entre tu y tu dios.
La paz durante la guerra,
el monologo de la muerte.


La reja que encierra a los reos,
soy el dolor de las madres al parir,
el golpe que te cala en el rostro,
la imaginación de autista.


La vejes de todos los jóvenes,
la mancha de tu mundo impoluto.
La gesta de los cobardes,
la prueba viva de los dolores ajenos.


El susto de los hombres a los castigos,
el ángel caído, el demonio alabado.
La esperanza que poco a poco muere,
el capricho de la casualidad.


Soy la sangre de los muertos,
el grito de desesperación de heridos,
Soy como el corazón de los zombis,
el tiempo que no quieres que pase.


Soy la inclemencia de los gobiernos,
el karma de tus pecados.
Destructor de tu estúpida utopía.


Soy todo lo que jamás quieres que suceda,
los enojos, las penas humanas.
Soy lo que quiero que tu no seas,
Es por eso que no escribo lo que soy,
Pero soy la esencia de la mística hermandad,
hermandad de los caídos, la vida de los malditos.  

sábado, 31 de marzo de 2012

INFIERNO TERRENAL.

Una lluvia de dolor me aqueja,

otro día mas, lleno de repudio.
Es el mundo siniestro sin moraleja,
son los actos malos que el confundió.

Zalamerías, ardid de Luzbel.

Actos impuros y crímenes sin control.
El fango del desierto que quema,
nos hunda cada vez más, cual papel.
A juzgarnos viene el, es su rol;
Pecados son pecados, es su lema.


Vender el alma, es casi normal.

Dañar al prójimo, algo natural;
estamos colmados en mundo del mal.
Pues hoy la maldad es general.


Es el infierno, con frio que arde.

El abismo que carece de fin,
el mundo donde vivimos, es fraude,
pues la soberbia es el rey de nuestro fin.


Un alarido del mundo, un aborto;

una lágrima, un asesinato.
Una cicatriz de epidemia, algo que corto.
Respiras el alquitrán de este mundo, es innato.


Los espíritus malignos, nos corroen.

En las noches fieras cual monstro.
Nuestros pecados a diario nos roen,
a todos de nada importa el rostro.


La muerte, hija de Satanás y el pecado

nos lleva por su sendero opaco.
No se aparte y nos ata siempre a su lado,
la idea absurda del terror no la saco.


Llenan los corazones de desprecio y cólera;
maltrata el alma, la arrogancia de la maldad.
No podemos hacer nada, esta es su era.
Es lo horrendo, no podre negar esta verdad.

lunes, 26 de marzo de 2012

SON TUS OJOS.



La perfecta sincronía de mi melodía,
es tu mirada, mi refugio después de cada batalla.
Aquella luz que esta noche me guía,
por el sendero apacible de lo sobrenatural.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


En esta noche tan gris, tu luz me cegó,
cual farol en altamar hacia ti me guio.
Los pilares de tu mirada, el fruncir de  tus cejas
calma todo, lo que esta noche me aqueja.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


Candorosa, risueña, enérgica y bella;
son tus ojos pequeña princesa de este cuento,
los que dan punto de inicio y final.
De porcelana, tan delicados, ellos tesoros son.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


Verídica belleza, los puntos en tu inmenso cielo,
y tus ojos dos lunas, perfectas y brillantes
cuidarlas esas dos joyas con completo celo.
Pues esta noche, son ellos mi punto de inspiración.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.

EL BARCO DE LAS PENAS.



Sobre un barco de papel,
en una noche de invierno.
Atado a un clavel,
siendo el más tierno.

Iba el capitán de traje azul,
llevando en él su amor.
Como también su pesar,
ambos envueltos en tela tul.
Cada oleada; era el clamor
y en los segundos solo podía pensar.

El viento lo envió a la deriva;
en el su tripulación cobarde,
lloraban, ¡No creo que nadie viva!
Por no sufrir, llegaron a matarse.

Envuelto, el barco de papel, en sangre.
Y un capitán al borde de la locura
tomo el vino, que era vinagre.
Y de un golpe, volvió la cordura.

Liberándolo de la pena y el hambre,
con ello el capitán, libre de ataduras.
Al verse ya rodeado,
comprendió que algo debía salvar;
iba a morir el desgraciado.
Y al más allá no los quería llevar.

Los saco con sumo cuidado,
el Amor y el Pesar del capitán;
estos se tenían que salvar,
un abrazo a cada uno, fue dado.

Y el dolor y la rabia se agitan,
los dejo, pues ya tenía que acabar.
En medio de una tempestad,
al mar bravo los arrojo
y con ello se perdió su libertad
y el barco se hundió, en color rojo.

En el agua el Pesar, aun flotaba.
Pero el amor se ahogaba.
El pesar era mucho, pero infundado
por ello solo flotaba y respiraba,
y duro mucho, con el sol acaba.
Sus restos del mar fueron alejados.

Mientras su amor era pequeño,
pero con mucho por dentro,
no tardo en hundirse, y su sueño.
Pasó al fondo del mar, en el centro;
formando una colonia, fue dueño.
Y rigió el amor con su renacimiento.

MI TRISTE DESPEDIDA


En la hora indicada por la propia vida;
dejare de lado los problemas y aliviare mis penas,
partiré al Edén o quizá al hades, no lo sé.
Solo se que lejos, muy lejos querida,
abandonare mi disfraz, romperé mis cadenas.
Y comprenderé aquello que el mundo desconoce.

Puede que los lamentos perdidos en mi ayer,
me duelan a cada instante en recuerdos terribles,
nunca jugué a la ruleta rusa; pero me dispare.
Las balas más certeras, que el mundo jamás creo.

Mis sombras que me acompañan esta noche,
se unen al humo de tabaco que nunca fume.
En mi sangre los restos de alcohol que no tome.
Bañándome con el agua bendita, que jamás probé.

El tren de la muerte suena sin parar,
por las rieles que me falto pasar,
sin ver el inmenso cielo que una noche de abril
se despejo ante mis míseros ojos.

Partiré una tarde de febrero, a un lugar desconocido,
podre largarme una tarde al ocaso, con delirios.
Con la barba algo crecida, los labios partidos.
Y el prado matutino, se abrirá ante mis ojos.

Sombras, solo me acompañaran y perderé
por completo la razón, será una epidemia.
Mi camisa manchada de restos de amor,
no me servirán ya mas, y a pena olerán.

Después de ello, el conocimiento infinito,
me parecerá absurdo, me iré caminando,
pero no podre mas andar, quemaran mis plantas de los pies.
Y mis manos ya no me volverán a servir, que vil.

AMOR POR LA NOCHE


En silencio veo la bella oscuridad,
el negro y gris color que solo llevas
porque es grandioso sin igual,
no iluminas pero me guías y te vas.

Inundas mi sentir, con eso tan anhelado,
tu esencia provoca un frio aterrador,
que congela mi alma cual témpano, helado.
Por eso, ¡Oh demonios! Me es encantador.

Aun no logro entender, solo pienso.
Mis pensamientos no me dicen, me gritan:
Amo a la noche, tan fría, tan negra;
la amo, aunque no pueda tocarla, con un lienzo
sin embargo la puedo sentir, eso me alegra.
Aunque detesto cuando el ella el gato y la luna se citan.

No me canso de verte, pues eres perfecta.
La noche, de mis amores tan opacos y tristes,
ante tu manto inmenso, dibujo el final de mi recta
lamentando perderte a cada amanecer, sin saber porque existes.

CUANDO MIS PALABRAS MUEREN...


Cuando mis palabras mueren, quedan solas,
es el verbo de mi alma que termina;
son los latidos que mueren como olas
incrustadas en las rocas, que la exterminan.

Mi cerebro queda como una lapida, fría y triste,
ya por mis venas no corren sangre ni tinta.
Ya no ríe la ortografía, perdió el chiste,
ya mis manos en la caligrafía no pinta.

Las voces que ya pierden sentido, muerta mis palabras
los sueños que tuve, se vuelven solo humo,
pues mi mundo solo se llena de trabas,
y que soy un ignorante cualquiera asumo.

Mis palabras que fueron mi grandioso catecismo,
el arte puro que me llevaba al máximo éxtasis.
Perdió ya su presencia, como el romanticismo,
y mis pobres ojos solo oyen la mala y tonta síntesis.

Cuando mis palabras mueren, quedo sin vida.
Pierde sentido la misma, y carece de motivos,
es mi verbo, mi adjetivo el que me da sentido.
Para no andar como un alma triste ni herida,
Pues son las llaves de mi alma, pensamiento y voz.
Cuando mis palabras mueren, todo mi mundo acaba enseguida.

martes, 21 de febrero de 2012

LA ABSURDA DERROTA


Cabe en el cuerpo, la maldita derrota
ya de niños, jóvenes y adultos también.
Es sentir ese vuelco interno, la gloria rota,
estancar anhelos, disparar en la sien.

No di todo, lo sé, sin embargo duele.
Un traspié, una caída, no se levantarme
y que queda ahora, sin frio que me hiele.
No hay nada, ni para intentar flagelarme.

Una sonrisa fingida, intentos absurdos por salir;
palabras de aliento, no pierdas el tiempo.
Mi derrota es eterna, ¿ya por que combatir?
Solo queda escapar, huir de la batalla y del campo.

¡Ánimos! ¡Tu puedes!, no digan tonterías,
no di lo suficiente, y nuca lo podre dar.
El mundo es para valientes, osados. No porquerías.
He perdido lo perdido, y he perdido sin lidiar.

MUJER DE PIEL CANELA

Me fascinan tus ojos y piel canela;
Tu cabellera casi ondeada, muy bella.
Solo veo atontado como el viento con ella juega,
queriendo ser yo quien se deleite, quien juega.

Sentada frente a mí, la tengo a diario.
Su sonrisa en silencio total observo;
sumido en el fruncir de sus cejas.
Lo melodioso de su voz, cual canario;
e inocencia pura, como la de un ciervo.
Me ve, sonrió y rojitas se ponen mis orejas.

Me enamora cuando no me mira,
y me mata de felicidad, cuando de reojo lo hace.
Mujer canela, como mi ser por ti delira,
pues sabe que como tú, otra no nace.

Qué decir de tu cuerpo, obra genial,
pues llevas en tus venas esa magia ancestral,
llamándome a ir por ti, pecado venial.
Llenando de deseos mi sistema nervioso central.

Ya no duermo, por pensarte hermosa dama,
lograste enloquecerme, mujer de piel canela;
solo puedo aferrarme a mi almohada y llorar en cama,
perdí ya el juicio en esta canela querella.

jueves, 2 de febrero de 2012

La Daga

Empecé
por usar
un cuchillo
de cristal.
Para matar mis penas,
y jamás dudar,
así ocurrió
logre matar,
no lo volví
nunca a ver.
A causa del
puñal triste
me sentí.
Y apunte a 
mi pecho y 
sin dudar
lo hundí,
y puse 
fin.

miércoles, 11 de enero de 2012

AMOR SIN ATADURAS


Busco a una dama sincera y jovial,
que llene mi vida con el solo hablar,
y cada que ría logre cautivarme sin vacilar
con suaves susurros llene mis oídos cual musical.

Aun no puedo ver ese refulgir rozagante
que logre por completo y de una vez cegarme
para poder amar sin ver a ella entregarme,
brindarle mis versos en un papel brillante.

Aquella mujer idónea, no perfecta
con defectos, problemas y solucionarlos.
Llegar juntos de la mano al final de la recta.
Tener sueños locos, luchar hasta realizarlos.



Cada mañana despertar  y no ver una modelo,
ver a una mujer dormida sin maquillaje alguno.
Preparar no tan bien y a la cama llevar el desayuno.
Su sonrisa ver todo el día eso es lo que anhelo.

Una mujer que no llore por zapatos
que no me mande a cumplir mis sacramentos;
no me pida aquella bisutería, e
ir a la florería
cada tarde o a inicios de bendito día.

Cuando me encuentre sumido en mi mundo,
invada el cuarto con carcajadas, estruendosas.
Pues solo aquella mujer con su cariño,
cambia mi existencia, ese que un día fue inmundo.

Una dama que olvide las fechas por completo,
que no me imponga que marca de champú usar.
Ambos contemplar el racimo del azahar.
Ver a su lado el azul del cielo, despierto.

Oír juntos las baladas entonada por las aves,
llegar al cielo, a puertas sin emplear llaves.
Una mujer con carácter bravío para poder amar,
una dama doncella que no tema nunca a mi mar.

UNA NOCHE DE VICIOS POR TU ADIÓS


Lamentábase en la calle; dando grito
con su sucia camisa y su pantaloncito de tela,
con las manos manchadas de alquitrán.
Dentro de sus bolsillos, solo cigarrillos solo van.
Esos recuerdos, en su mente retumban y lo flagela,
es el hombre que sufre sin cesar, el del triste mito.

Cargando sobre él la cirrosis y la sobredosis de su mundo,
envuelto en el éxtasis de su propia perturbación.
Inhalando el vaho que emite la vida, con desesperación.
Aferrándose a sus pensamientos cercanos al inframundo.

Se desplomo ante la mirada funesta de transeúntes;
quienes murmuran en voz baja, dañándolo en su mísero ser.
Nadie se atreve a socorrerlo, dicen a sus hijos no lo apuntes,
y se alejan aprisa del lugar, aunque pueda fallecer.

Sumido en sueños, imágenes borrosas pero felices pasan.
Por su mente saturada de sus alucinaciones,
se ve en ellas la sonrisa de una dama, su amada.
Lágrimas caen de sus ojos cerrados; caen sobre la balaustrada.
Y en su se desbordan las más sublimes emociones.
Siente que su amor y su alucinación lo abrazan.

Ya de noche y el aun en la acera, completamente afligido,
soportando el inmenso frio de la inmunda ciudad,
las miradas de transeúntes y golpes con toda maldad.
Sin conocer el porqué de su actuar, del alma está dolido.

Llego a casa, cansado y la vio tirada en el suelo,
corrió a socorrerla, pero fue inútil, su cuerpo ya frio
en el suelo lo esperaba, murió y nació su delirio.
Desde entonces con sus vicios el pobre no halla consuelo.

CALAMITOSAS DECLARACIONES


La tristeza de primavera, lo gris del verano
me recuerda que un día acabo todo lo nuestro.
Y el terrero eriazo, mi temple que es día a día vano.
Mis lamentos que con el pasar es cada vez más siniestro.


Moral altiva, existencia efímera y manipuladora,
cada quien con sus problemas, se cortan las venas,
y veo las horas pasar, nadie llega a mi mecedora.
¿Ya son más de mil noches que quizá solo cenas?


La cabeza me retumba, por tanta cerveza,
y mis labios rajados por tantos cigarrillos fumados,
aborreces a quienes piden licores con cerezas.
Y a las parejas que andan de manos, atados.


Los estúpidos transeúntes, sin mirar andan.
Preocupados por su bienestar físico,
sin embargo llenan manicomios, jóvenes y locos.
Lo que sucede hoy mañana no ha de pasar, mandan,
los enemigos de lo imaginable, el hombre tísico.
Dañan cual caída infernal desde el cielo, como cocos.


Y así acaba lo que nunca quise escribir,
concluye con un largo pesar,  mi triste final.
Puede que pronto deje ya mi mundo, deje de vivir.
No me importaría nada, pues el mundo es algo infernal.