lunes, 26 de marzo de 2012

MI TRISTE DESPEDIDA


En la hora indicada por la propia vida;
dejare de lado los problemas y aliviare mis penas,
partiré al Edén o quizá al hades, no lo sé.
Solo se que lejos, muy lejos querida,
abandonare mi disfraz, romperé mis cadenas.
Y comprenderé aquello que el mundo desconoce.

Puede que los lamentos perdidos en mi ayer,
me duelan a cada instante en recuerdos terribles,
nunca jugué a la ruleta rusa; pero me dispare.
Las balas más certeras, que el mundo jamás creo.

Mis sombras que me acompañan esta noche,
se unen al humo de tabaco que nunca fume.
En mi sangre los restos de alcohol que no tome.
Bañándome con el agua bendita, que jamás probé.

El tren de la muerte suena sin parar,
por las rieles que me falto pasar,
sin ver el inmenso cielo que una noche de abril
se despejo ante mis míseros ojos.

Partiré una tarde de febrero, a un lugar desconocido,
podre largarme una tarde al ocaso, con delirios.
Con la barba algo crecida, los labios partidos.
Y el prado matutino, se abrirá ante mis ojos.

Sombras, solo me acompañaran y perderé
por completo la razón, será una epidemia.
Mi camisa manchada de restos de amor,
no me servirán ya mas, y a pena olerán.

Después de ello, el conocimiento infinito,
me parecerá absurdo, me iré caminando,
pero no podre mas andar, quemaran mis plantas de los pies.
Y mis manos ya no me volverán a servir, que vil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario