sábado, 20 de julio de 2013

NUESTRO AMOR




Nuestro amor fue floreciendo en un jardín de arena rodeada de cactus bajo un cielo estrellado.
Nuestro amor se fue poniendo día a día cada mañana junto al astro rey y cada noche nos juntaba en sueños al dormir soñando con la luna.
Nuestro amor se convirtió en un conjunto de oraciones, un poema en medio de la calle, una canción dispersa bajo el agua, un suspiro audible, una sonrisa respirable, una mirada dulce, una caricia armoniosa y sonora que brotaba de tus manos.,
Nuestro amor empezó siendo primavera en pleno mes de abril, dibujando florecillas por los caminos, seduciendo a los parques y adoquinando promesas que no volveremos a pisar,
Aquel amor fue un canto de esperanza en medio de la agonía más muda, un rayo de luz en una oscura y fría caverna, una palabra de aliento para los caídos, un susurro en el bosque.
Pero nuestro amor  se fue muriendo esa noche cuando tus manos jugaban con mi cabello y me causaba frío tu conversación añeja, aquel amor se desvaneció cuando la pantalla de tu vida se fue pixeleando ante mis ojos y ante los tuyos se incrementaba la señal de otro ordenador siniestro que ocultaba sus mejores virus en una sonrisa de niño bueno.
Nuestro amor se apagó cuando alrededor había energía por doquier, aquel amor que ardía se disipó y un huracán  llevó las cenizas a lugares extraños muy lejos de nuestras miradas, se perdió también como los colores de las acuarelas que juntos pintábamos y ahora todo está en blanco y negro, murieron los versos que en otrora te endiosaban.
Se fue el amor, amor mío. Dejando una mente vacía y un cuarto repleto de notitas con tu nombre escrito en todos lados. Se esfumo el amor, como el humo del cigarro que se mezcla con el aire, el cigarro que fume pensando en que poder escribirte y solté estas letras que son una carta de despedida, una carta de adiós que no quiero que llegue.Final del formulario

martes, 18 de junio de 2013

La mujer que una noche apareció.



La conocí en el campo, ella era una mujer de senos altivos, sonrisa de niña pudorosa, cuerpo llamativo y un rostro normal. Por no decir hermosa ni fea.
Llevaba de la mano a una pequeña de mirada triste pero con una sonrisa en los labios, una de esas cautivadoras, de aquellas que te quitan la pena al verlas, al verla mi pecho se llenó de emoción mis piernas  temblaron y sentí una enorme felicidad, pero no sabía quién era y desconocía el por qué de mi reacción. A la mujer ya la había visto antes en una tarde de alcohol. La niña me era desconocida, ella al verme soltó la mano de la niña y corrió a mi encuentro, humedeció mis labios resecos y mordió con ansias de amar, con deseo, con ilusión.
Azorado la detuve y le dije: -No es lo propio ante los ojos de tu criatura.
Ella sonriente solo respondió, con una mirada de sorpresa: -Ella no existe, será el fruto de esta noche. La vemos porque el destino así lo quiere su vida está en estos momentos en nuestros cuerpos. ¿Acaso no puedes ver tu viva imagen en ella?
-Es imposible, respondí al mismo tiempo en que me acercaba lentamente a la niña. La intenté tocar de la mano pero no lo logré, paso sobre ella. ¡Acaso es esto una ilusión!- Exclamé en mis adentros.
-Está en nuestras mentes; querido. Susurro la joven. –Ella será nuestra prole, ella vino solo a unirnos, apareció en medio de la noche y me explico lo que ahora te explico a ti. Solo quiere asegurarse de que nacerá. Que tú y yo vida le daremos ¡Compréndelo!
No comprendía que sucedía, como podía ver a esa niña y no poderla tocar. Ella de pronto clavó su mirada en mis ojos y por unos instantes me alejé de la realidad, me elevé y vi escenas de felicidad al lado de esa criatura: Desvelos a causa de sus males y orgullo de sus logros. Al volver a la realidad solo lloraba, lloraba como un niño cuando pierde lo que más desea, cuando siente soledad en medio del jardín.
La niña al verme de rodillas, con lágrimas en los ojos. Se acercó a escasos centímetros, con su suave mano limpio mis lágrimas y me dio un beso en la frente, después susurro lentamente: “Hasta pronto” y así desapareció dejando solo su imagen en mis recuerdos.
Me levanté y la mujer se me acerco. Nos miramos unos instantes que parecieron eternos. Después mi mirada recorrió su cuerpo casi desnudo y deseoso, entonces mi hombría despertó abultando mi bragueta. No estoy seguro si ella notó ese pequeño cambio. Solo recuerdo que se precipitó a mis brazos besándome con locura insana; mordiéndome los labios, rozando su cuerpo en el mío con tales movimientos que lentamente ibas desapareciendo el pudor. Mis manos sobre su espalda, mis labios en su cuello, los dedos desabrochando su camisón, mi lengua jugando en el punto oscuro de sus pechos embriagándose de ganas de amar con soltura y en medio de delirios.
Y el campo se volvió lecho, el viento nos desvistió. Uniendo nuestros cuerpos y yo ingresando al placer de su cuerpo con temor. La fiesta de placer y unión llego a su máximo punto, el la hierba descansando, dormitando ya los cuerpos fatigados de la entrega, de esas largas horas de gocé y derroche de amor.
La pradera entonces adquirió un aroma dulce y áspero a la vez; mis ojos de vez en cuando volteaba a ver su cuerpo desnudo, mi deseo  recorría nuevamente cada parte en mis labios aún reposaban el sabor de tus cumbres y el pantanal que queda más debajo de su ombligo.
Ella susurro a mi oído algo que no escuche, a pesar de todo mi mente vagaba en la imagen y sonrisa de aquella hermosa niña y mirando el cielo de mis ojos, unas lágrimas cargadas de alegría y de dolor emano. 

miércoles, 12 de junio de 2013

El loco.


Todos saben que en otro lugar, mientras uno duerme otra anda despierto y puede que ese otro sea la persona correcta, dicen también algunos estudios que cada persona en el mundo tiene a unas 1200 media naranja. Puede que sea cierto, que quizá como no nos cruzamos con ellos no sepamos que en realidad es nuestra media naranja. Pero en esto vengo yo a refutarlos.
Como es posible que haya conexiones entre dos personas, que con solo una mirada, un cruce de palabras se sienta una paz interior. Por eso refuto a los estudios realizados. Pueda que mañana más tarde presenten un documento que contradiga todo lo que escribo, pero en el fondo esto es cierto.
“Entonces el despertó, en la mano tenía unas cuantas hojas producto de una noche de desvelo. Eran alrededor de la 1 AM y él tenía unas ojeras en las hojas podía ver unos cuantos poemas:
Quiero primaveras más largas,
quiero más canciones de amor,
quiero más gotas de lluvia por las noches,
más poemas soñadores,
quiero más de ti,
más de nosotros,
más del mundo,
Quiero aferrarme a tu esencia, 
quiero ser tu pensamiento matutino,
y tu obsesión nocturna,
tu suspiro constante,
y tu desvelo continuo...
Quiero ser la brisa de verano que salpique tu cara,
la melodía de tu risa,
y la inspiración de tus versos...

¿Te acuerdas aún de mí?
Tú me conociste hace mucho tiempo...
Yo era aquel niño triste a quien no querías,
y por quien después, poco a poco,
te fuiste interesando
(por la angustia, y la tristeza, y alguna cosa más,)
y a quien acabaste queriendo,
casi sin saberlo;
¿te acuerdas?
El Niño triste que jugaba en la playa
solitario, lejos de los demás, tranquilamente,
y de vez en cuando les echaba una mirada triste pero sin pena...

Veo que me miras disimuladamente de vez en cuando...
¿Te acuerdas? ¿Quieres ver si te acuerdas? Ya lo sé...
¿Sin saberlo sientes aún en mi rostro tranquilo y triste
al niño triste que jugaba siempre lejos de los demás
y de vez en cuando les miraba tristemente, pero sin pena?
Sé que miras, y que no comprendes cuál la tristeza
que me muestra triste...

Hay tantas que le es imposible leerlos todos, pero el chico echado en la cama, tiene un grave problema. Los médicos dicen que él está loco y que lo van a internar en unas horas en el manicomio de la ciudad. Él no dice nada para defenderse, le importa un pito lo que digan. Él solo quiere estar escribiendo. Sin embargo el loco tiene varios escritos, varios poemas… El loco no es loco, solo es un incomprendido de la sociedad.” 

miércoles, 5 de junio de 2013

Cartas de amor del Profeta.



Hay una vieja canción árabe que comienza así: "Solo dios y yo mismo podemos saber lo que pasa en mi corazón."
Hoy después de leer todo lo que te escrito, osaría afirmar: "Solo dios, yo y ella podemos saber lo que pasa en mi corazón"
Me gustaría abrir mi pecho, sacarme el corazón y sostenerlo en las manos a la vista de todos: Un hombre tiene deseo mayor que revelarse a si mismo y ser comprendido por el prójimo; todos queremos que la luz que colocamos tras la puerta esté en el centro de la sala frente a todos.
El primer poeta de este mundo debió de sufrir mucho, cuando dejó a un lado el arco y las flechas e intentó explicar qué sentimientos le inspiraba una puesta de sol.
Es muy posible que los demás se burlaban de sus palabras; pero, de todos modos, lo hizo; porque el verdadero arte exige que el artista intente mostrarse. Nadie puede vivir a solas con la belleza que es capaz de percibir.
Respecto a nosotros dos, que buscamos el absoluto y construimos un jardín mediante nuestra propia soledad, la vida nos legó una pasión inmensa para aprovechar cada momento con plena intensidad.

sábado, 25 de mayo de 2013

BEBAMOS EN LA ESTACIÓN OLVIDO.

(A quien me ha vuelto humano)
-Tres letras son tu nombre, tres letras que veo por donde vea-



Bebamos amor del licor del olvido
sirvo tu copa llena, es la última.
Sollozando te oigo, sonríe mujer
el olvido licor tan malo no es.
Un instante surgirá y tu tiempo andará.
Después te veré andar tomada del brazo
de un desconocido, conocido por ti.
Mientras yo de falda en falda
iré pasando, sin sus nombres recordar,
pero si sus noches y sus sudores.
Bebe presurosa, antes que la sed nos gane;
embriágate de mí, por última vez.
Yo ebrio ando, así andaré
empapado de ti y del licor
que alicientes de mi pesar son.
¿Por qué mojas tus mejillas?
sea ya el rocío de tus ojos.
Sonríe como en primavera
pues tu otoño a mi lado ya paso
das paso a una nueva estación.
Mientras te vas, sentado me quedo
en mi concurrida soledad
por los vagones del tren que no parte,
es la estación donde Sabina estuvo,
estación con cigarros y alcohol.
Adiós mujer, te vas ya.
Sigo sentado, vino en mano
en la estación olvido...

sábado, 4 de mayo de 2013

IMPERFECTA

Eres tan imperfecta.
Y así siendo imperfecta
 el poeta hizo un perfecto poema de ti...
Lastima que arrojes al tacho lo que el escribió de ti...
Ahora el humo invade tus recuerdos
 y llueve salado en las avenidas...
Y él sigue amando tus imperfecciones.

Y cuánto extraño tus olores..
Y cuánto he aguantado los dolores
 al toparme con tus imperfecciones..
¡Seguirás siendo la única imperfecta para mi!
 aunque tenga otros amores.

Pero esos amores
 no te harán sentir
lo que yo te hice sentir.
Aquella virgen cuyo nombre no me acuerdo,
 por eso reprobé religión.
Aquel parque, donde me dabas tus imperfecciones,
 donde tu voz contrariada me decía te quiero
 y tu miraba lo gritaba,
ese roce de labios que me dejo gastado
 por soñar más con tus labios.
Cuantas imperfecciones los de ese día,
 cuantos recuerdos agujerados quedarán
en nuestro manto que has ido guardando,
Cuantos amores tejerán a tu lado,
Pero solo pocos amarán tus imperfecciones.

¡Eres tan imperfecta!
Mas que el brillo de tus ojos..
Mas que la silueta de tu cuerpo
que dejaba la luna en nuestra almohada..
Hoy vive mi aire en tus suspiros.
Das amor con dolor, pero lo das..
¿Cómo no olvidar que me amaste con imperfecciones?
Si llenabas este vació de lagrimas, pero las llenabas.

Y pregunto en medio de lágrimas a la luna.
Porque me dejaste tan rico,
lleno de tus recuerdos,
 lleno de tus sonrisas,
 tus caricias y palabras...
Y quedaste tan pobre, amando a un extraño
que ante tus ojos no es más que un cariño.
Imperfecta desde mis errores hasta mis locuras,
Dejaste un sitio marcado en mi vida,
No llevaste nada pues este amor aún espera por ti.
Mi mujer imperfecta, errante y necia.
Torpe al querer amar.
 Amar de verdad no sabes.
¿Esa es y será tu mayor imperfección?

Eran tan imperfectas tus palabras,
 que en lió terminabas.
Tu cara y tus actos son como caramelo
 en envoltura no deseada.
Pero que imperfecta eras mi niña amada.
Que al mismo tiempo me calmabas y me apuñalabas..
Eras droga y suero para mi alma.
Hiriente y bella como siempre..
¿Quién mas podría nombrar de cualidades a tus imperfecciones?

¿Quién más haría de ti un poema?
Unas líneas imperfectas que ante la vista de otros sea recta.
Eterna mujer, hiriente amante vestida de harapos,
Cual doncella de cuentos sin final,
Sin moraleja al terminar estos locos versos.
Imperfecta a cada momento, pero a cada latido perfecta.
Me has bañado de amor y secado con penas,
Sacudido en dolor y tierna en las calles solitarias.
Imperfecto amar, que no distingue mi alma,
Perfecto sin sabor, insulso en mis sabanas.
Roció de otoño, doncella sin príncipe.

Pero para que ya escribirte,
si ahora me he quedado sin tus imperfecciones.
Ahora que me he atascado en los brazos de otros amores
¿para que hablar de tus imperfecciones?
No giraras la mirada.
Menos ahora que me he tomado licores de diferentes sabores,
ya solo se ve la figura de una mujer en un sendero estrecho,
ensimismada y recogiendo migajas de amor.
Olvidando que alguna vez fue amada.
Olvidando que entraste a mi, a través de tu mirada.

Esos licores no eran más
 que sustancias hechas de tus recuerdos,
de colores vivos, como tus actos.
¿Olvidas acaso al astronauta loco enamorado de tus sueños?
Pero eres imperfecta y duermes ya
 en una cama gélida con amor enjuto.
Envuelta en el manto que intentamos tejer
 y sientes frío en el pecho,
pues agujerado aún esta, yo espero con ansias tejerlo para ti.
Mas tus imperfecciones que eran antes maravillas,
me alejan día a día y me vuelvo la comidilla
de la luna y las noches tristes que me has dejado...


-Naviles & Ladoshka-








jueves, 18 de abril de 2013

LO QUE MÁS DETESTO DE TI



Lo que más detesto de ti son las palabras cargadas de emociones/  esos verbos que sacuden y a quienes escribías ahora maldice/ lo que más detesto de ti es las horas que dedicas a querer, conformándote solo con segundos o a una desconfianza/ lo que más detesto de ti es esa estúpida sonrisa a medias y fingida que muestras al salir a la calle/ y la sonrisa que brota cuando tu mirada se refleja en sus ojos/ lo que más detesto de ti son esas múltiples facetas que sueles mostrar al andar a solas/ y esa personalidad que me hace odiarte cuando escuchas su voz, porque sé que te emocionas/ lo que más detesto de ti es la voz chillona y grave que sale de tu boca, esa voz que generalmente lastima/ y esa voz suave y calmada que tienes cuando está a tu lado/ detesto también ese andar presuroso y calmado, ignorando lo que pase a tu alrededor cuando a solas vas/ y tu andar alegre y grabando cada detalle del camino cuando a su lado por breves minutos vas/ detesto tantas cosas de ti, detesto todo de ti pues a su lado dejas de ser nada para ser todo/ detesto tus manos que se dedican a escribir cosas que calan corazones, que alimentan ilusiones/ esas manos que solo le escriben cosas sinceras y letras de amor/ detesto tu pensar egocéntrico y medio autista cuando estas lejos de esa persona/ y tu cambio a ser un ser social capaz de sonreír y querer vivir cuando cerca de esa persona estas/  pero sobre todo lo que odio de ti, lo que me encabrona al punto de querer escupirte a la cara, de insultarte/ lo que me jode tanto hasta el punto de explotar de irá y dañar tu estúpida vida/ es que siempre hablo de mí en segunda persona, en este caso al hablar de ti, solo estoy hablando de mí. 

EL Y ELLA.



El sin ser genio, se encerraba en una botella
salía de ella solo al frotarse y votando humo de cigarro.
Ella doncella primera, mujer de negra cabellera,
que usa tacones de porcelana y perfume de mirra.
Él solía dormir en los vagones del olvido,
cantando una extraña melodía a colores grises.
Ella amante de los sueños, amor carmesí de un miope.
Él sagaz cuando de desamores había que hablar,
experto en desaparecer cuando sentía dolor y llorar ríos.
Ella dormía en brazos de otro que no era él,
desangrando sabanas con al que llamo tú.
El cruzaba miradas con ella que atada a otro venía,
mientras tanto el sol iba cayendo
y veía a la pareja frente al mar y la aurora morir.
Ella la mujer de sus sueños, realidad de otro.
El buscando su amor, sin poder dar nada.
Ella mientras tanto lloraba por su mundo genial,
él alegre con el mundo que giraba en torno a ella.
Él y ella, dos historias unidas por distintos libros
con dos finales revueltos y un prólogo fantasioso.
Dos que buscan la unidad, una en sabanas ajenas
el otro en salidas a solas jugando a ser amado.
Ambos con sentir similar, pero con actuar reacio.
Da igual si es él sin ella, o ella y él.
Pues saben bien que la unión de sus páginas no se dará,
él y ella dos locos que duermen a orillas del mar,
uno con frío la otra abrigada en brazos de al que llamo tú.

martes, 16 de abril de 2013

Desahogo.


La mejor manera de sacar penas, bueno en mi caso, es apartándome de todos y de todo ¿pero por qué pena? Ahora el mundo antiguo, esas ruinas de antaño vuelven a salir conteniendo los mismos cadáveres, esa apestosa fragancia que intoxica mis pulmones, esos muertos ahora vienen por mi, puedo oír sus quejidos y sus insultos.
¡¿descarado? ¿embaucador? ¿mentiroso?! Ahora soy todo eso, ahora soy eso y más. Esos muertos escupen en mi cara y me vuelven a repetir lo yo ya sabía: "Soledad es a quien tú perteneces  solo sirves para crear historias, solo en tu mente estará la felicidad, no intentes buscarla en la realidad, ya debías de haberlo comprendido"
Cierro los ojos y la soledad, dama vestida de luto, se acerca con un cáliz en mano, me levanta la cabeza y puedo observar, aunque ya no exista luz alguna a mi alrededor, mis ojos de búho son ahora. Observo sus labios gangrenados, ella me besa y me entrega el cáliz, alzó la copa dorada que contiene un líquido carmesí, se que es el veneno para de una vez perder la poca vida que había renacido en mi, sirve para aniquilar los sueños que eran pocos, esos sueños ocupaban todas mis esperanzas, pues en esos sueños estas tú, pero ahora te vas. Despreocúpate la culpa es mía, siempre es mía. Tonto soy, un ser pusilánime.
Ahora la soledad y esos muertos salidos de mis ruinas velaran mi cuerpo, las gaviotas que volaban al verme sonreír  ¿vendrán a llorar? sonaran las canciones que me hacen evocarte, yo aunque me este quedando sordo las seguiré escuchando. Mientras con velas y sahumerios en mano los muertos entonarán mis últimas palabras: "DESCUIDA, LA CULPA SIEMPRE ES MÍA"
Siento el olor a madera y barniz, estoy ya sumergido en este cajón, no me pudo mover y no hay más que oscuridad, nadie llora, nadie lo hará, pues ahora ante sus ojos descarado, embaucador y mentiroso soy...
Ahora los pesares me irán ir de bar en peor, y en copas infectadas de veneno te estaré recordando, tú acuérdate de mi.

ME ESTOY VOLVIENDO VIEJO


En el espejo me veo, he cambiado.
Los años por mí sí que han pasado.
No soy más aquel mozo joven peinado,
nada tengo de antes, la juventud de ha marchado.

Solo arrugas cubren mi rostro
y piel marchita que la acompañan
cada día pierdo las fuerzas; y me postro.
Ante los crueles años que pasan, no se engañan.

Y mis ojos, su brillo van perdiendo;
mi frente se pronuncia más, y las canas.
Transforman mi apariencia, otras se van cayendo.
Las veo en el suelo, cerca y lejanas.

De lo que veo en mi espejo, me quejo.
Los años bellos se fueron; y entro la decadencia,
pero que puedo hacer, me estoy volviendo viejo.
Ya me sentare a tan solo esperar mi sentencia.
Se desplomo ante la mirada funesta de transeúntes;
quienes murmuran en voz baja, dañándole en su mísero ser.
Nadie se atreve a socorrerlo, dicen a sus hijos no lo apuntes,
y se alejan aprisa del lugar, aunque pueda fallecer.

Sumido en sueños, imágenes borrosas pero felices pasan.
Por su mente saturada de sus alucinaciones,
se ve en ellas la sonrisa de una dama, su amada.
Lágrimas caen de sus ojos cerrados; caen sobre la balaustrada.
Y en su se desbordan las más sublimes emociones.
Siente que su amor y su alucinación lo abrazan.

Ya de noche y el aun en la acera, completamente afligido,
soportando el inmenso frio de la inmunda ciudad,
las miradas de transeúntes y golpes con toda maldad.
Sin conocer el porqué de su actuar, del alma está dolido.

Llego a casa, cansado y la vio tirada en el suelo,
corrió a socorrerla, pero fue inútil, su cuerpo ya frio
en el suelo lo esperaba, murió y nació su delirio.
Desde entonces con sus vicios el pobre no halla consuelo.

ÁNGELES CAÍDOS




Dos ángeles susurraban en el cielo, argumentos para dialogar no tienen/ pero discuten como reclamar a su dios lo patético que los hizo/ lloran, se estremecen, se arrepienten, pero su reclamo oído no fue/ y su pena del cielo, satán misericordioso lo quiso arrancar/ les propuso arrancar sus alas, cortarlas con navaja de plástico/ esas frágiles alas de naturaleza celestial se rasgaron/ insertando en sus cabezas dos cuernos de conocimiento, en su frente la maldad/ la libertad de poder amar, de embriagarse con la entrepierna sobre su propia felicidad/ se volvió un ángel sexual, lunático hechicero del mar orgasmal/ mientras su semen de lava quemaba los úteros comprados con céntimos/ dados por su dios padre para sus irás eliminar/ quemaba también los vientos, ninguna puta lo aceptaba/ y el amor se volvió caro, no se pudo reproducir y se tapó con el manto de virginidad/ Ese ángel violó al viento, quien como perra parió/ Y su mierda se extendió, pedazos de estiércol en el pulmón mundano/ a eso el gran dios nos ha confinado, a probar diario/ no juzgan los atragantados, pero señor ¡La mierda de perro estamos tragando¡/ No los compadezcas Moisés, otro avaro, egocéntrico como tú/ llegará ungido en mi nombre, una lacra más/ “otro que vendrá a seguir con mi boom literario” repite una y otra vez/ pobres idiotas mis historias leerán, dejaran de comer pan/ pues sus gargantas de las heces de perro del aire se llenara/ seguirán soñando y creyendo en teorías como la del big bang/ la evolución los degenerara, pero tontos muchos serán/ Y su ángel sumido en soledad a sus brazos regresará/ generosamente él lo vuelve a arrojar al hoyo donde el padre lo mando./ Salió un ángel con la piel bañada de semen y flujos, con mirada de violador tenebroso y con una aureola pálidamente angelical/  aliento a mierda de perro pues en la tierra lo inhalo y las plantas fumo/ mientras el padre sentado en su sillón dorado, sigue comprando con farsas a más religiosos/ necio pederastas que expanden la obra de su amo, sus libro en cada mercado/ y nosotros aquí con fervor cada día le rogamos, le imploramos y agradecemos/ agradecemos la bolsa de mierda que nos ha dejado en el aire y compramos su libro, pues es una ley impuesta/ una ley que nació desde que él se dio cuenta que su bolsillo era más importante que nuestra felicidad.

lunes, 25 de marzo de 2013

Carencias.

Las calles desoladas se encuentran;
la noche es cada vez más negra.
El gato del tejado no deja de maullar.
Son tres noches, que no me deja descansar .
Este verano se torna demasiado frío
y hago esfuerzos para poder escribir.
Una oleada de recuerdos e imágenes
intentan ahogar mi tristeza,
inútil es, hace falta, aunque lejana
tu presencia para ahogarla.
Como aliciente solo la música,
esa que en tus ojos empieza  compartir.
Soy hoy una solitaria estrella
con tenue luz, imperceptible.
El hombre solitario que busca compañía,
un enjaulado en desolación y abatimiento.
Sonar ilusorio puede, pero no miento.
Hoy soy como una oración sin verbo,
carente de un sustantivo y sin predicado.
Una operación matemática con ausencia
de números y sin rastro de signo alguno.
Una conversación a solas, sin un mensaje.
Un jardín sin flores, sin hojas... Sin vida.

domingo, 13 de enero de 2013

De vuelta a los suburbios.



La oscuridad me hace un llamado,
la barra del bar aquel, reclama mi presencia.
Las calles abarrotadas del frío y de miradas.
Miradas que asesinaban el pudor,
que doblegan el sano juicio.

Los faroles, con sus destellos,
las esquinas y sus espacios lúgubres
me hicieron recordar que a ellos pertenezco.

Esas avenidas repletas de personas de día
y llenas de sabios por las noches,
que predican la palabra más pura, la más franca.
Vuelvo a los suburbios, aunque nunca me fui.

Regreso al oscuro mundo, al que pertenezco.
Esas manos ajenas, esos besos perdidos,
la caricia que no te pertenece, pero se te da.

La luna y sus estrellas cantan a mi regreso,
levantando sus copas, recogiendo los cigarros;
esos que una tarde los tire.

El placebo que genera, me esperaba paciente;
con los brazos abiertos y la falda corta
en aquella puerta me espera.
Desangrado como siempre vuelvo a sus brazos,
es ella quien siempre cura mis heridas.
Con un poco de alcohol y sal.
Y vuelvo a los suburbios, como antaño.


jueves, 3 de enero de 2013

  1. Él.
    Era extraño, tenía una mirada infantil; sus ojos oscuros siempre se posaban en el inmenso cielo y se perdían por instantes en ellos. Su rostro era algo pálido, no era atractivo ni poseía una sonrisa extraordinaria, más por el contrario casi nunca se le veía reír. Los pómulos de su rostro eran disparejos; por una parte se le veía un poco cachetón y por la otra no. Poseía una mandíbula que resaltaba en su rostro. Tenía el cabello casi siempre alborotado, pues detestaba pasarse el cepillo. Lo más atractivo que tenía el, o al menos eso creía, era un lunar a unos dos centímetros de su ojo derecho. Tenía también varios lunares pero ese le encantaba.
    Tenía aires de escritor, era un poeta frustrado que deliraba con ser un día alguien reconocido y dejar sus letras en el mundo. Dejar sus escritos en el mundo y no morir, quedarse en las mentes de unos extraños que lleguen a conocer su alma mediante los libros que nunca dejará.
    Era delgado, con un cuerpo algo enclenque. Era pequeño a comparación de muchos. Pequeño pero dentro llevaba una inmensa imaginación y un alma noble, noble hasta las once de la noche, pasada esas horas se volvía un insano al dejar fluir sus letras e inventaba algunas veces atrocidades.
    Tenía un andar lento, un hablar pausado aunque muchas veces se le podía escuchar tartamudear pues era el trauma que le habían dejado cuando era niño. Un susto en plena selva virgen, un susto que lo hizo callar por más de una semana y ahora era solo una leve tartamudez. Nervioso a más no poder, se le veía mover de manera psicópata las manos y los pies.
    Loco, le decían muchos por las ideas algo sacadas de la realidad. Soñaba con tener una peluca de alondras para poder volar, tener un maniquí hecho de amor propio para poder ponerlo en stands y la gente al verlo no se sientan tan humilladas, pues sabía el que cuando se ve un maniquí solo se ve la perfección física; quería el llenarlo de amor propio para que todos vean que era igual para todos. Soñaba con cantar a la luna un poema creado en una noche de invierno, sentarse a la puesta del sol con un cigarro en mano en medio del desierto y dormir a orillas del río.
    No tenía miedo a la soledad, no tenía miedo a la muerte. La niña de blanco estaba detrás de él a cada instante por eso se acostumbró a su presencia.
    Tenía vicios superados y otros que aún no podía dejar. Había dejado el licor pero no por las buenas por el contrario lo dejo por su cuerpo que no soportaba más. Más el cigarro era su mayor pecado, no podía dejarlo, simplemente no podía. Había hecho el intento pero no. Pues este lo neutralizaba y lo dejaba en calma.
    Él era todo lo que nadie quería y lo que pocos añoraban, vivía su vida a su modo sin atarse a alguna religión o dogma. Se regía de sus pensamientos. Era un hombre con poca discreción y cuando tomaba alguna decisión era firme. Si quería querer, quería sin importarle lo que venga después. El presente es lo importante; siempre se repetía.
    Eso era, era mucho y era poco. Era complejo pero muy simple ante los ojos de una dama, trataba de parecer cuerdo pero no lo era y sus intentos siempre quedaban en nada. Las cosas que compartía eran su poca alegría y la fidelidad en su palabra.