(A quien me ha vuelto humano)
-Tres letras son tu nombre, tres letras que veo por donde vea-
Bebamos amor del licor del olvido
sirvo tu copa llena, es la última.
Sollozando te oigo, sonríe mujer
el olvido licor tan malo no es.
Un instante surgirá y tu tiempo andará.
Después te veré andar tomada del brazo
de un desconocido, conocido por ti.
Mientras yo de falda en falda
iré pasando, sin sus nombres recordar,
pero si sus noches y sus sudores.
Bebe presurosa, antes que la sed nos gane;
embriágate de mí, por última vez.
Yo ebrio ando, así andaré
empapado de ti y del licor
que alicientes de mi pesar son.
¿Por qué mojas tus mejillas?
sea ya el rocío de tus ojos.
Sonríe como en primavera
pues tu otoño a mi lado ya paso
das paso a una nueva estación.
Mientras te vas, sentado me quedo
en mi concurrida soledad
por los vagones del tren que no parte,
es la estación donde Sabina estuvo,
estación con cigarros y alcohol.
Adiós mujer, te vas ya.
Sigo sentado, vino en mano
en la estación olvido...