miércoles, 5 de junio de 2013

Cartas de amor del Profeta.



Hay una vieja canción árabe que comienza así: "Solo dios y yo mismo podemos saber lo que pasa en mi corazón."
Hoy después de leer todo lo que te escrito, osaría afirmar: "Solo dios, yo y ella podemos saber lo que pasa en mi corazón"
Me gustaría abrir mi pecho, sacarme el corazón y sostenerlo en las manos a la vista de todos: Un hombre tiene deseo mayor que revelarse a si mismo y ser comprendido por el prójimo; todos queremos que la luz que colocamos tras la puerta esté en el centro de la sala frente a todos.
El primer poeta de este mundo debió de sufrir mucho, cuando dejó a un lado el arco y las flechas e intentó explicar qué sentimientos le inspiraba una puesta de sol.
Es muy posible que los demás se burlaban de sus palabras; pero, de todos modos, lo hizo; porque el verdadero arte exige que el artista intente mostrarse. Nadie puede vivir a solas con la belleza que es capaz de percibir.
Respecto a nosotros dos, que buscamos el absoluto y construimos un jardín mediante nuestra propia soledad, la vida nos legó una pasión inmensa para aprovechar cada momento con plena intensidad.

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