sábado, 31 de marzo de 2012

INFIERNO TERRENAL.

Una lluvia de dolor me aqueja,

otro día mas, lleno de repudio.
Es el mundo siniestro sin moraleja,
son los actos malos que el confundió.

Zalamerías, ardid de Luzbel.

Actos impuros y crímenes sin control.
El fango del desierto que quema,
nos hunda cada vez más, cual papel.
A juzgarnos viene el, es su rol;
Pecados son pecados, es su lema.


Vender el alma, es casi normal.

Dañar al prójimo, algo natural;
estamos colmados en mundo del mal.
Pues hoy la maldad es general.


Es el infierno, con frio que arde.

El abismo que carece de fin,
el mundo donde vivimos, es fraude,
pues la soberbia es el rey de nuestro fin.


Un alarido del mundo, un aborto;

una lágrima, un asesinato.
Una cicatriz de epidemia, algo que corto.
Respiras el alquitrán de este mundo, es innato.


Los espíritus malignos, nos corroen.

En las noches fieras cual monstro.
Nuestros pecados a diario nos roen,
a todos de nada importa el rostro.


La muerte, hija de Satanás y el pecado

nos lleva por su sendero opaco.
No se aparte y nos ata siempre a su lado,
la idea absurda del terror no la saco.


Llenan los corazones de desprecio y cólera;
maltrata el alma, la arrogancia de la maldad.
No podemos hacer nada, esta es su era.
Es lo horrendo, no podre negar esta verdad.

lunes, 26 de marzo de 2012

SON TUS OJOS.



La perfecta sincronía de mi melodía,
es tu mirada, mi refugio después de cada batalla.
Aquella luz que esta noche me guía,
por el sendero apacible de lo sobrenatural.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


En esta noche tan gris, tu luz me cegó,
cual farol en altamar hacia ti me guio.
Los pilares de tu mirada, el fruncir de  tus cejas
calma todo, lo que esta noche me aqueja.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


Candorosa, risueña, enérgica y bella;
son tus ojos pequeña princesa de este cuento,
los que dan punto de inicio y final.
De porcelana, tan delicados, ellos tesoros son.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.


Verídica belleza, los puntos en tu inmenso cielo,
y tus ojos dos lunas, perfectas y brillantes
cuidarlas esas dos joyas con completo celo.
Pues esta noche, son ellos mi punto de inspiración.


Y solo veo, en tus pupilas mi calma y gozo;
Y solo veo la magnífica belleza que tiene,
es mi completa armonía, tus ojos mi alegría.

EL BARCO DE LAS PENAS.



Sobre un barco de papel,
en una noche de invierno.
Atado a un clavel,
siendo el más tierno.

Iba el capitán de traje azul,
llevando en él su amor.
Como también su pesar,
ambos envueltos en tela tul.
Cada oleada; era el clamor
y en los segundos solo podía pensar.

El viento lo envió a la deriva;
en el su tripulación cobarde,
lloraban, ¡No creo que nadie viva!
Por no sufrir, llegaron a matarse.

Envuelto, el barco de papel, en sangre.
Y un capitán al borde de la locura
tomo el vino, que era vinagre.
Y de un golpe, volvió la cordura.

Liberándolo de la pena y el hambre,
con ello el capitán, libre de ataduras.
Al verse ya rodeado,
comprendió que algo debía salvar;
iba a morir el desgraciado.
Y al más allá no los quería llevar.

Los saco con sumo cuidado,
el Amor y el Pesar del capitán;
estos se tenían que salvar,
un abrazo a cada uno, fue dado.

Y el dolor y la rabia se agitan,
los dejo, pues ya tenía que acabar.
En medio de una tempestad,
al mar bravo los arrojo
y con ello se perdió su libertad
y el barco se hundió, en color rojo.

En el agua el Pesar, aun flotaba.
Pero el amor se ahogaba.
El pesar era mucho, pero infundado
por ello solo flotaba y respiraba,
y duro mucho, con el sol acaba.
Sus restos del mar fueron alejados.

Mientras su amor era pequeño,
pero con mucho por dentro,
no tardo en hundirse, y su sueño.
Pasó al fondo del mar, en el centro;
formando una colonia, fue dueño.
Y rigió el amor con su renacimiento.

MI TRISTE DESPEDIDA


En la hora indicada por la propia vida;
dejare de lado los problemas y aliviare mis penas,
partiré al Edén o quizá al hades, no lo sé.
Solo se que lejos, muy lejos querida,
abandonare mi disfraz, romperé mis cadenas.
Y comprenderé aquello que el mundo desconoce.

Puede que los lamentos perdidos en mi ayer,
me duelan a cada instante en recuerdos terribles,
nunca jugué a la ruleta rusa; pero me dispare.
Las balas más certeras, que el mundo jamás creo.

Mis sombras que me acompañan esta noche,
se unen al humo de tabaco que nunca fume.
En mi sangre los restos de alcohol que no tome.
Bañándome con el agua bendita, que jamás probé.

El tren de la muerte suena sin parar,
por las rieles que me falto pasar,
sin ver el inmenso cielo que una noche de abril
se despejo ante mis míseros ojos.

Partiré una tarde de febrero, a un lugar desconocido,
podre largarme una tarde al ocaso, con delirios.
Con la barba algo crecida, los labios partidos.
Y el prado matutino, se abrirá ante mis ojos.

Sombras, solo me acompañaran y perderé
por completo la razón, será una epidemia.
Mi camisa manchada de restos de amor,
no me servirán ya mas, y a pena olerán.

Después de ello, el conocimiento infinito,
me parecerá absurdo, me iré caminando,
pero no podre mas andar, quemaran mis plantas de los pies.
Y mis manos ya no me volverán a servir, que vil.

AMOR POR LA NOCHE


En silencio veo la bella oscuridad,
el negro y gris color que solo llevas
porque es grandioso sin igual,
no iluminas pero me guías y te vas.

Inundas mi sentir, con eso tan anhelado,
tu esencia provoca un frio aterrador,
que congela mi alma cual témpano, helado.
Por eso, ¡Oh demonios! Me es encantador.

Aun no logro entender, solo pienso.
Mis pensamientos no me dicen, me gritan:
Amo a la noche, tan fría, tan negra;
la amo, aunque no pueda tocarla, con un lienzo
sin embargo la puedo sentir, eso me alegra.
Aunque detesto cuando el ella el gato y la luna se citan.

No me canso de verte, pues eres perfecta.
La noche, de mis amores tan opacos y tristes,
ante tu manto inmenso, dibujo el final de mi recta
lamentando perderte a cada amanecer, sin saber porque existes.

CUANDO MIS PALABRAS MUEREN...


Cuando mis palabras mueren, quedan solas,
es el verbo de mi alma que termina;
son los latidos que mueren como olas
incrustadas en las rocas, que la exterminan.

Mi cerebro queda como una lapida, fría y triste,
ya por mis venas no corren sangre ni tinta.
Ya no ríe la ortografía, perdió el chiste,
ya mis manos en la caligrafía no pinta.

Las voces que ya pierden sentido, muerta mis palabras
los sueños que tuve, se vuelven solo humo,
pues mi mundo solo se llena de trabas,
y que soy un ignorante cualquiera asumo.

Mis palabras que fueron mi grandioso catecismo,
el arte puro que me llevaba al máximo éxtasis.
Perdió ya su presencia, como el romanticismo,
y mis pobres ojos solo oyen la mala y tonta síntesis.

Cuando mis palabras mueren, quedo sin vida.
Pierde sentido la misma, y carece de motivos,
es mi verbo, mi adjetivo el que me da sentido.
Para no andar como un alma triste ni herida,
Pues son las llaves de mi alma, pensamiento y voz.
Cuando mis palabras mueren, todo mi mundo acaba enseguida.