martes, 18 de junio de 2013

La mujer que una noche apareció.



La conocí en el campo, ella era una mujer de senos altivos, sonrisa de niña pudorosa, cuerpo llamativo y un rostro normal. Por no decir hermosa ni fea.
Llevaba de la mano a una pequeña de mirada triste pero con una sonrisa en los labios, una de esas cautivadoras, de aquellas que te quitan la pena al verlas, al verla mi pecho se llenó de emoción mis piernas  temblaron y sentí una enorme felicidad, pero no sabía quién era y desconocía el por qué de mi reacción. A la mujer ya la había visto antes en una tarde de alcohol. La niña me era desconocida, ella al verme soltó la mano de la niña y corrió a mi encuentro, humedeció mis labios resecos y mordió con ansias de amar, con deseo, con ilusión.
Azorado la detuve y le dije: -No es lo propio ante los ojos de tu criatura.
Ella sonriente solo respondió, con una mirada de sorpresa: -Ella no existe, será el fruto de esta noche. La vemos porque el destino así lo quiere su vida está en estos momentos en nuestros cuerpos. ¿Acaso no puedes ver tu viva imagen en ella?
-Es imposible, respondí al mismo tiempo en que me acercaba lentamente a la niña. La intenté tocar de la mano pero no lo logré, paso sobre ella. ¡Acaso es esto una ilusión!- Exclamé en mis adentros.
-Está en nuestras mentes; querido. Susurro la joven. –Ella será nuestra prole, ella vino solo a unirnos, apareció en medio de la noche y me explico lo que ahora te explico a ti. Solo quiere asegurarse de que nacerá. Que tú y yo vida le daremos ¡Compréndelo!
No comprendía que sucedía, como podía ver a esa niña y no poderla tocar. Ella de pronto clavó su mirada en mis ojos y por unos instantes me alejé de la realidad, me elevé y vi escenas de felicidad al lado de esa criatura: Desvelos a causa de sus males y orgullo de sus logros. Al volver a la realidad solo lloraba, lloraba como un niño cuando pierde lo que más desea, cuando siente soledad en medio del jardín.
La niña al verme de rodillas, con lágrimas en los ojos. Se acercó a escasos centímetros, con su suave mano limpio mis lágrimas y me dio un beso en la frente, después susurro lentamente: “Hasta pronto” y así desapareció dejando solo su imagen en mis recuerdos.
Me levanté y la mujer se me acerco. Nos miramos unos instantes que parecieron eternos. Después mi mirada recorrió su cuerpo casi desnudo y deseoso, entonces mi hombría despertó abultando mi bragueta. No estoy seguro si ella notó ese pequeño cambio. Solo recuerdo que se precipitó a mis brazos besándome con locura insana; mordiéndome los labios, rozando su cuerpo en el mío con tales movimientos que lentamente ibas desapareciendo el pudor. Mis manos sobre su espalda, mis labios en su cuello, los dedos desabrochando su camisón, mi lengua jugando en el punto oscuro de sus pechos embriagándose de ganas de amar con soltura y en medio de delirios.
Y el campo se volvió lecho, el viento nos desvistió. Uniendo nuestros cuerpos y yo ingresando al placer de su cuerpo con temor. La fiesta de placer y unión llego a su máximo punto, el la hierba descansando, dormitando ya los cuerpos fatigados de la entrega, de esas largas horas de gocé y derroche de amor.
La pradera entonces adquirió un aroma dulce y áspero a la vez; mis ojos de vez en cuando volteaba a ver su cuerpo desnudo, mi deseo  recorría nuevamente cada parte en mis labios aún reposaban el sabor de tus cumbres y el pantanal que queda más debajo de su ombligo.
Ella susurro a mi oído algo que no escuche, a pesar de todo mi mente vagaba en la imagen y sonrisa de aquella hermosa niña y mirando el cielo de mis ojos, unas lágrimas cargadas de alegría y de dolor emano. 

miércoles, 12 de junio de 2013

El loco.


Todos saben que en otro lugar, mientras uno duerme otra anda despierto y puede que ese otro sea la persona correcta, dicen también algunos estudios que cada persona en el mundo tiene a unas 1200 media naranja. Puede que sea cierto, que quizá como no nos cruzamos con ellos no sepamos que en realidad es nuestra media naranja. Pero en esto vengo yo a refutarlos.
Como es posible que haya conexiones entre dos personas, que con solo una mirada, un cruce de palabras se sienta una paz interior. Por eso refuto a los estudios realizados. Pueda que mañana más tarde presenten un documento que contradiga todo lo que escribo, pero en el fondo esto es cierto.
“Entonces el despertó, en la mano tenía unas cuantas hojas producto de una noche de desvelo. Eran alrededor de la 1 AM y él tenía unas ojeras en las hojas podía ver unos cuantos poemas:
Quiero primaveras más largas,
quiero más canciones de amor,
quiero más gotas de lluvia por las noches,
más poemas soñadores,
quiero más de ti,
más de nosotros,
más del mundo,
Quiero aferrarme a tu esencia, 
quiero ser tu pensamiento matutino,
y tu obsesión nocturna,
tu suspiro constante,
y tu desvelo continuo...
Quiero ser la brisa de verano que salpique tu cara,
la melodía de tu risa,
y la inspiración de tus versos...

¿Te acuerdas aún de mí?
Tú me conociste hace mucho tiempo...
Yo era aquel niño triste a quien no querías,
y por quien después, poco a poco,
te fuiste interesando
(por la angustia, y la tristeza, y alguna cosa más,)
y a quien acabaste queriendo,
casi sin saberlo;
¿te acuerdas?
El Niño triste que jugaba en la playa
solitario, lejos de los demás, tranquilamente,
y de vez en cuando les echaba una mirada triste pero sin pena...

Veo que me miras disimuladamente de vez en cuando...
¿Te acuerdas? ¿Quieres ver si te acuerdas? Ya lo sé...
¿Sin saberlo sientes aún en mi rostro tranquilo y triste
al niño triste que jugaba siempre lejos de los demás
y de vez en cuando les miraba tristemente, pero sin pena?
Sé que miras, y que no comprendes cuál la tristeza
que me muestra triste...

Hay tantas que le es imposible leerlos todos, pero el chico echado en la cama, tiene un grave problema. Los médicos dicen que él está loco y que lo van a internar en unas horas en el manicomio de la ciudad. Él no dice nada para defenderse, le importa un pito lo que digan. Él solo quiere estar escribiendo. Sin embargo el loco tiene varios escritos, varios poemas… El loco no es loco, solo es un incomprendido de la sociedad.” 

miércoles, 5 de junio de 2013

Cartas de amor del Profeta.



Hay una vieja canción árabe que comienza así: "Solo dios y yo mismo podemos saber lo que pasa en mi corazón."
Hoy después de leer todo lo que te escrito, osaría afirmar: "Solo dios, yo y ella podemos saber lo que pasa en mi corazón"
Me gustaría abrir mi pecho, sacarme el corazón y sostenerlo en las manos a la vista de todos: Un hombre tiene deseo mayor que revelarse a si mismo y ser comprendido por el prójimo; todos queremos que la luz que colocamos tras la puerta esté en el centro de la sala frente a todos.
El primer poeta de este mundo debió de sufrir mucho, cuando dejó a un lado el arco y las flechas e intentó explicar qué sentimientos le inspiraba una puesta de sol.
Es muy posible que los demás se burlaban de sus palabras; pero, de todos modos, lo hizo; porque el verdadero arte exige que el artista intente mostrarse. Nadie puede vivir a solas con la belleza que es capaz de percibir.
Respecto a nosotros dos, que buscamos el absoluto y construimos un jardín mediante nuestra propia soledad, la vida nos legó una pasión inmensa para aprovechar cada momento con plena intensidad.