Erase un hombre de mantequilla, vivía en el país CocinaM, un país lleno de sartenes, ollas, cuchillos...
El hombre de mantequilla vivía oculto, bajo su casa. pues tenia miedo de los seres de su país, aunque su mayor temor era el calor; pues este lo derretiría y conocía a amigos Mantequilla que habían caído derretidos tras salir al calor, o cogidos por las sartenes y ollas, otros habían sido cortados en pedacitos por los cuchillos.
Se había vuelto tan duro, como la mantequilla q podemos ver en los mercados esos de moldes grandes, idéntico.
Como vivía aislado de todos, solo escribía y leía algunos libros... hasta que un día cansado de tanta soledad decidió salir, claro esta cuidándose que nadie lo vea.
Camino por el fregadero, por las mesas, hasta que llego a un lugar donde encontró cosas amontonadas. Se quedo largo rato viendo tantas cosas y le llamo una en especial; una botella de Vino tinto. Con mucha curiosidad se acerco y la abrió, acerco su nariz y olio el aroma de la botella, quedo enamorado del olor; vio a todos lados al no ver a nadie decidió tomársela, es así como se embriago completamente y salió de aquel lugar tropezándose con lo que había junto a el.
Llego a la mesa, se apoyo sobre una panera hablando cosas incoherentes, producto del alcohol, se tendió sobre la mesa vio el techo color azul, se fijo en el foco que estaba prendido, sonrió y dijo creo q me derritiere; diciendo esto se quedo dormido; completamente dormido.
Despertó con un dolor de cabeza, al abrir los ojos aun la cabeza le daba vueltas, se froto los ojos y dio un grito de miedo....
Pues lo estaban rodeando centenares de ollas, sartenes y cuchillos con miradas amenazantes y deseosas de dañar al pobre hombre de mantequilla. Asustado se comprimió mas al piso y grito implorando piedad a aquellos seres llenos de maldad.
Y escucho lo q planeaban... " que les parece si los cuchillos lo cortan en pedazos minúsculos, las sartenes lo fríen y nosotras las ollas lo cocinamos completamente y nos damos un buen banquete con este pedazo de mantequilla" todos sonrieron y estuvieron de acuerdo con el que estaba hablando, estaban a punto de actuar, hasta que alguien arremetió contra todos dando gritos, empujones y patadas, corrió hacia el hombre de mantequilla lo recogió y salió corriendo con el. En la mesa nadie comprendía y creía lo q estaba pasando, una sartén salvando a un trozo de mantequilla.
En otro lado ya a salvo el hombre de mantequilla estaba estupefacto pues una sartén lo había salvado, aunque luego de varios minutos le vino a la mente que quizás la sartén quería freírlo. Entonces la sartén hablo: " Sr. Mantequilla perdone a esos individuos de afuera, no saben lo estaban haciendo, se dejaron llevar por el momento".
El hombre de mantequilla se quedo callado, esperando que iba a suceder, la sartén lo vio y sonrió, era una sonrisa tan bella que enseguida el hombre de mantequilla perdió el temor y hablo: "Gracias por Salvarme Srta. Sartén, muchas gracias pensé que moriría allí mismo, me invadió el pánico y..."
La sartén se le acerco y le dijo: " Tengo tiempo viéndote desde la ventana de tu casa, eh visto que escribes de una manera fenomenal, y me encanta también los libros.
El hombre de mantequilla aun no lo creía, que la sartén lo miraba hace meses, que le gustaba leer. No podía creerlo.
La sartén entonces se levanto y vio a los ojos al hombre de mantequilla y suspiro.
Desde entonces el hombre de mantequilla y la Srta. Sartén empezaron una amistad única e inigualable, se veían, leían juntos y ella le daba ánimos a seguir escribiendo aun más.
La amistad de ambos iba viento en popa, hasta que una tarde el hombre de mantequilla cayó enfermo, la sartén se alarmo y confundida llevo al medico al hombre de mantequilla, ya con el medico este dijo que se le estaba derritiendo el corazón y esto estaba trayendo graves consecuencias, pues como tenia el cuerpo tan endurecido podría matarlo, la única manera de salvar al hombre de mantequilla era calentando su cuerpo. Solo de esa manera lo podrían salvar, pues al calentar su cuerpo seria blando y su centro que también lo estaba no alteraría su cuerpo.
la Sartén quiso estar a solas con el hombre de mantequilla y el doctor Sal, los dejo, ella se acerco al hombre de mantequilla que estaba en cama dormido, puso su rostro cerca al del hombre de mantequilla y le dio un beso, "quisiera que esto no estuviera pasando, sabes el estar a tu lado me ha hecho tanto bien, sabes estoy enamorada de ti Hombre de mantequilla" al decir eso el hombre de mantequilla abrió los ojos, sonrió y vio las lagrimas de la Sartén, se levanto un poco con dolor, y le dijo: Sabes porque mi interior esta derritiéndose, pues encontró un poquito de calor dentro, al conocerte algo dentro de mi se encendió y no quiero morir, quiero permanecer a tu lado, vivir contigo, leer juntos los millones de libros que tengo, escribir infinidad de cosas, pero ambos; escuche lo que dijo el Doctor Sal y tome una decisión, quiero que tu me calientes, pues solo en ti confió, se que quizás al calentarme tus instintos de sartén se prenderán y no podrás parar hasta derretirme completamente, pero quiero hacerlo"
La sartén lo vio horrorizada pues sabia que si lo hacia corría el riesgo de matarlo, pues llevaba dentro la naturaleza asesina de todas las sartenes.
Intento persuadirlo, mas no pudo, es así que el hombre de mantequilla seria sometido al calentamiento de la sartén.
El día llego, el doctor Sal estaba preocupado, pues el también tenia miedo de los instintos de la sartén, pero seguiría lo que su paciente había decidido. Así fue que la señora cocina hizo su aparición e iniciaron el procedimiento, el Hombre de mantequilla estaba mucho peor que antes, no podía ya hablar.
La sartén se puso en la cocina, se comenzó a calentar y el hombre de mantequilla fue puesto dentro de esta.
El hombre de mantequilla comenzó a sentir un calor, suave que poco a poco fue siendo algo mas fuerte, vio a la sartén que luchaba con sus instintos, ella lloraba, pues no lo podía contener, quería derretir al hombre de mantequilla, ella entonces grito: “Mas fuego”. Se hizo un silencio largo, El hombre de mantequilla no sabia que hacer, pues ya estaba recuperado y sentía su cuerpo mas blando, mas y mas blando. Vio a los ojos a la sartén, ella de pronto lo vio y sonrió.
Salió del fogón y deposito al hombre de mantequilla en una silla, y se fue corriendo.
Luego de un par de horas el hombre de mantequilla estaba tocando la puerta de la Sartén, llevaba bajo el brazo un ramo de flores, la sartén abrió la puerta con una cara de haber llorado horas y horas.
El hombre de mantequilla al verla se le abalanzo y la beso en la boca, y le dijo: “Te amo, Te amo”. La sartén se separo un instante de el y le dijo: “a pesar que trate de matarte”; el hombre de lata respondió: “Sabia que no me matarías, pues lo leí en tus ojos, ahora me tienes aquí blandito solo para ti mi amada sartén”.
La sartén lo vio a los ojos, y en los ojos del hombre de mantequilla había tanta franqueza, tanto amor que lo beso.
No tardaron mucho en contraer matrimonio, en los diarios de CocinaM se leía: MATRIMONIO BAJO FUEGO. Si n embargo el día de la boda asistieron muchas personas y curiosos, pues nadie comprendía como se podían estar casando ese par.
Créanme que por mas que habían problemas entre las mantequillas y las sartenes, este par de locos enamorados lograron que su amor siguiera creciendo, lograron no solo romper esas barreras si no también el miedo.
Fue un matrimonio largo, pero la Sartén había muerto, dejando solo al hombre de mantequilla quien no tardo en seguirla al mas allá, diciendo sus ultimas palabras: ”en mi vida solo eh sentido calor una sola vez, una sola vez se me puso el cuerpo blando, fue cuando vi a mi amada sartén, espérame amor que ya iré a tu lado, bríndame ese calor que solo tu sabes darme, y me dejare derretir por tus labios” al decir esto el hombre de Mantequilla murió, Con su muerte todos los de su país, quedaron tan conmovidos que acabaron las riñas y trataron de acabar sus ansias de asesinar, cocinado en compañía de la mantequilla platillos exquisitos en memoria de aquellos amantes.
El hombre de mantequilla vivía oculto, bajo su casa. pues tenia miedo de los seres de su país, aunque su mayor temor era el calor; pues este lo derretiría y conocía a amigos Mantequilla que habían caído derretidos tras salir al calor, o cogidos por las sartenes y ollas, otros habían sido cortados en pedacitos por los cuchillos.
Se había vuelto tan duro, como la mantequilla q podemos ver en los mercados esos de moldes grandes, idéntico.
Como vivía aislado de todos, solo escribía y leía algunos libros... hasta que un día cansado de tanta soledad decidió salir, claro esta cuidándose que nadie lo vea.
Camino por el fregadero, por las mesas, hasta que llego a un lugar donde encontró cosas amontonadas. Se quedo largo rato viendo tantas cosas y le llamo una en especial; una botella de Vino tinto. Con mucha curiosidad se acerco y la abrió, acerco su nariz y olio el aroma de la botella, quedo enamorado del olor; vio a todos lados al no ver a nadie decidió tomársela, es así como se embriago completamente y salió de aquel lugar tropezándose con lo que había junto a el.
Llego a la mesa, se apoyo sobre una panera hablando cosas incoherentes, producto del alcohol, se tendió sobre la mesa vio el techo color azul, se fijo en el foco que estaba prendido, sonrió y dijo creo q me derritiere; diciendo esto se quedo dormido; completamente dormido.
Despertó con un dolor de cabeza, al abrir los ojos aun la cabeza le daba vueltas, se froto los ojos y dio un grito de miedo....
Pues lo estaban rodeando centenares de ollas, sartenes y cuchillos con miradas amenazantes y deseosas de dañar al pobre hombre de mantequilla. Asustado se comprimió mas al piso y grito implorando piedad a aquellos seres llenos de maldad.
Y escucho lo q planeaban... " que les parece si los cuchillos lo cortan en pedazos minúsculos, las sartenes lo fríen y nosotras las ollas lo cocinamos completamente y nos damos un buen banquete con este pedazo de mantequilla" todos sonrieron y estuvieron de acuerdo con el que estaba hablando, estaban a punto de actuar, hasta que alguien arremetió contra todos dando gritos, empujones y patadas, corrió hacia el hombre de mantequilla lo recogió y salió corriendo con el. En la mesa nadie comprendía y creía lo q estaba pasando, una sartén salvando a un trozo de mantequilla.
En otro lado ya a salvo el hombre de mantequilla estaba estupefacto pues una sartén lo había salvado, aunque luego de varios minutos le vino a la mente que quizás la sartén quería freírlo. Entonces la sartén hablo: " Sr. Mantequilla perdone a esos individuos de afuera, no saben lo estaban haciendo, se dejaron llevar por el momento".
El hombre de mantequilla se quedo callado, esperando que iba a suceder, la sartén lo vio y sonrió, era una sonrisa tan bella que enseguida el hombre de mantequilla perdió el temor y hablo: "Gracias por Salvarme Srta. Sartén, muchas gracias pensé que moriría allí mismo, me invadió el pánico y..."
La sartén se le acerco y le dijo: " Tengo tiempo viéndote desde la ventana de tu casa, eh visto que escribes de una manera fenomenal, y me encanta también los libros.
El hombre de mantequilla aun no lo creía, que la sartén lo miraba hace meses, que le gustaba leer. No podía creerlo.
La sartén entonces se levanto y vio a los ojos al hombre de mantequilla y suspiro.
Desde entonces el hombre de mantequilla y la Srta. Sartén empezaron una amistad única e inigualable, se veían, leían juntos y ella le daba ánimos a seguir escribiendo aun más.
La amistad de ambos iba viento en popa, hasta que una tarde el hombre de mantequilla cayó enfermo, la sartén se alarmo y confundida llevo al medico al hombre de mantequilla, ya con el medico este dijo que se le estaba derritiendo el corazón y esto estaba trayendo graves consecuencias, pues como tenia el cuerpo tan endurecido podría matarlo, la única manera de salvar al hombre de mantequilla era calentando su cuerpo. Solo de esa manera lo podrían salvar, pues al calentar su cuerpo seria blando y su centro que también lo estaba no alteraría su cuerpo.
la Sartén quiso estar a solas con el hombre de mantequilla y el doctor Sal, los dejo, ella se acerco al hombre de mantequilla que estaba en cama dormido, puso su rostro cerca al del hombre de mantequilla y le dio un beso, "quisiera que esto no estuviera pasando, sabes el estar a tu lado me ha hecho tanto bien, sabes estoy enamorada de ti Hombre de mantequilla" al decir eso el hombre de mantequilla abrió los ojos, sonrió y vio las lagrimas de la Sartén, se levanto un poco con dolor, y le dijo: Sabes porque mi interior esta derritiéndose, pues encontró un poquito de calor dentro, al conocerte algo dentro de mi se encendió y no quiero morir, quiero permanecer a tu lado, vivir contigo, leer juntos los millones de libros que tengo, escribir infinidad de cosas, pero ambos; escuche lo que dijo el Doctor Sal y tome una decisión, quiero que tu me calientes, pues solo en ti confió, se que quizás al calentarme tus instintos de sartén se prenderán y no podrás parar hasta derretirme completamente, pero quiero hacerlo"
La sartén lo vio horrorizada pues sabia que si lo hacia corría el riesgo de matarlo, pues llevaba dentro la naturaleza asesina de todas las sartenes.
Intento persuadirlo, mas no pudo, es así que el hombre de mantequilla seria sometido al calentamiento de la sartén.
El día llego, el doctor Sal estaba preocupado, pues el también tenia miedo de los instintos de la sartén, pero seguiría lo que su paciente había decidido. Así fue que la señora cocina hizo su aparición e iniciaron el procedimiento, el Hombre de mantequilla estaba mucho peor que antes, no podía ya hablar.
La sartén se puso en la cocina, se comenzó a calentar y el hombre de mantequilla fue puesto dentro de esta.
El hombre de mantequilla comenzó a sentir un calor, suave que poco a poco fue siendo algo mas fuerte, vio a la sartén que luchaba con sus instintos, ella lloraba, pues no lo podía contener, quería derretir al hombre de mantequilla, ella entonces grito: “Mas fuego”. Se hizo un silencio largo, El hombre de mantequilla no sabia que hacer, pues ya estaba recuperado y sentía su cuerpo mas blando, mas y mas blando. Vio a los ojos a la sartén, ella de pronto lo vio y sonrió.
Salió del fogón y deposito al hombre de mantequilla en una silla, y se fue corriendo.
Luego de un par de horas el hombre de mantequilla estaba tocando la puerta de la Sartén, llevaba bajo el brazo un ramo de flores, la sartén abrió la puerta con una cara de haber llorado horas y horas.
El hombre de mantequilla al verla se le abalanzo y la beso en la boca, y le dijo: “Te amo, Te amo”. La sartén se separo un instante de el y le dijo: “a pesar que trate de matarte”; el hombre de lata respondió: “Sabia que no me matarías, pues lo leí en tus ojos, ahora me tienes aquí blandito solo para ti mi amada sartén”.
La sartén lo vio a los ojos, y en los ojos del hombre de mantequilla había tanta franqueza, tanto amor que lo beso.
No tardaron mucho en contraer matrimonio, en los diarios de CocinaM se leía: MATRIMONIO BAJO FUEGO. Si n embargo el día de la boda asistieron muchas personas y curiosos, pues nadie comprendía como se podían estar casando ese par.
Créanme que por mas que habían problemas entre las mantequillas y las sartenes, este par de locos enamorados lograron que su amor siguiera creciendo, lograron no solo romper esas barreras si no también el miedo.
Fue un matrimonio largo, pero la Sartén había muerto, dejando solo al hombre de mantequilla quien no tardo en seguirla al mas allá, diciendo sus ultimas palabras: ”en mi vida solo eh sentido calor una sola vez, una sola vez se me puso el cuerpo blando, fue cuando vi a mi amada sartén, espérame amor que ya iré a tu lado, bríndame ese calor que solo tu sabes darme, y me dejare derretir por tus labios” al decir esto el hombre de Mantequilla murió, Con su muerte todos los de su país, quedaron tan conmovidos que acabaron las riñas y trataron de acabar sus ansias de asesinar, cocinado en compañía de la mantequilla platillos exquisitos en memoria de aquellos amantes.
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