lunes, 20 de noviembre de 2017

ME GUSTAN LAS COSAS TRISTES


Me gustan las cosas tristes
a toda hora y cada minuto,
no es que sea un gusto cualquiera
porque en verdad soy feliz con las cosas tristes
con las cosas de  la casa
triste
y no es la nostalgia de una casa vacía
o una casa con falta de espacio
si no el cuadro
monótono gris
lo que la hace triste
los muebles y los jarrones
grises también
las flores,
miradas como manotazos
besos que se quiebran en rictus
consuelos ahogados a medio camino
de la garganta que enmudece
Eso lo hace triste
pero me gusta mucho
me hacen tanto bien
y hasta las calles de la última semana
con sus muertos
y sangre
caminantes eternos
de la avenida sin nombre
con sus escenas de olvido
cartas por los pisos
besos a oscuras
caricias de adiós
me gusta y me alegra la calle triste
y todo lo que la recuerda
Los semáforos en rojo
que detienen los pasos
apurados por ir a casa
cargando la tristeza muda
Todo eso me repone
me sienta bien
hasta el caos de la jornada
el tráfico me sienta bien
las aves muertas
y los perros a orillas de la carretera
cada día son más
y me dan pena porque muchos solo cruzan
olvidándose del claxon
pasos directos a la muerte
quizá sea su decisión
me gusta el olor a muerte
que dejan tras de si
porque después de todo
es cuando me olvido de
mis propias tristezas

y realmente ese me gusta.

lunes, 13 de noviembre de 2017

OCTÓPODOS.


Salí a caminar/ qué mejor idea que la de un acuario/ los animales acuáticos son mejores que los terrestres/ son más competentes/ porque luchan para estarse día con día aún en vida/ Busqué inmediatamente al pulpo, por ser este mi favorito de entre los que pueda ver/ imaginando encontrar un animal que navega/estirándose hasta donde sea posible, hurgando el eterno suelo/ piedras azules, verdes, rojas y algas/ y muchas algas y yuyo buscando sentir los rayos del sol/rozándolas con suavidad/ si acaso esto sirve de algo/ pero hay de todo en este campo/ en el piso buscando el lugar seguro para descansar/ estirándose/ solo estirándose hasta estar seguro/ hasta parecer seguro/ pues el andar se hace día a día errante, buscando alimentarse y continuar/ siempre estirarse/ hasta donde lleguen los tentáculos/ estirándose, estirándose siempre/ lleva en sus manos el ataque de urticaria/ la paralización completa/ por eso siempre estirándose/ avanzando sin saber a dónde dirigirse/ estirándose, estirándose, estirándose, estirándose, estirándose, estirándose, estirándose y no sé cuántas veces más logre estirarse/ quizá hasta que pierda la tilde/ pero estirándose/ hurgando en lugares inimaginables/ en botellas, en alguna cavidad del fondo del mar, debajo de alguna piedrecita/ donde podría esconderse el más insignificante insecto/ acuático, como para no perder honor/ porque siempre avanza, tanteando el piso/ delicado animal asesino/ estirándose, estirándose, estirándose/ suavemente tanteando todo el abisal/ entre el hadal, escudriñando para hallar el lugar donde descansar/ estirándose, porque no deja de hacerlo/ casi como un tic/ estirándose/estirándose/ estirándose/ sobre piedra, arena, musgo/ una que otra piedrecilla del camino/ alguna víctima o victimario/ estirándose/ asesino, que también puede morir/ por eso va estirándose/ hasta llegar a su posible lugar seguro/ breve suspiro en el tiempo/ lo sabe por eso sigue estirándose/ tentáculos escudriñadores/ siempre estirándose/ pero viene uno a toparse/ a darse con remedo de animal/ que se estira en el corto espacio que se le ha otorgado/ estirándose/ ¿si de pronto choca contra este vidrio que nos separa?/  se dará cuenta de que estamos mirándolo/ estirándose, estirándose/ sin llegar a nosotros/ quizá el piso sea giratorio y no lo haya notado/ porque sigue en el mismo sitio/ estirándose/ pareciera que llora y la tristeza se me hace cada vez más honda // Segundo a segundo //  llevo más de dos horas con este mismo cuadro, estirando la mirada, estirando la vida/ siempre estirándose. 

-Melvin Jara.

                                                               (Romina Carra)