Oigo campanas, campanas fúnebres
en completa oscuridad, abro los ojos.
Lágrimas, solo veo, gritos solo escucho
alrededor vestidos de negro, perplejos.
Consternados muchos, otros sonrientes.
Desvió la mirada, veo el ataúd,
allí inmóvil postrado mi cuerpo;
No lo creo, pero estoy muerto.
Consternado, suena aquel laúd.
¡Mi cuerpo! inerte se encuentra,
mi madre derramando llanto,
mis amigos, aquel cuadro observan.
melancolía, pena se muestra
y mi padre mis recuerdos aviva,
de pronto, en silencio entonan aquel canto.
Muerto, en aquel féretro,
viendo las velas apagarse;
mi visión por completo desvanecerse
llevándome de mi madre su triste rostro.
Ya apagada mi esencia, silencio
tenue luz; ya no siento.
Grito y me corta como vidrio.
mas me hallo muerto, ya sin aliento...
Naviles Mhyn